Pescadas en el mar Cantábrico durante la costera de primavera, estas anchoas se elaboran en Santoña siguiendo el método tradicional.
Los bocartes se seleccionan por tamaño, se evisceran el mismo día de captura y maduran en barricas de sal marina durante un año.
Después, cada lomo se lava, desespina y filetea a mano antes de disponerse en la lata de 95 g, cubierta con aceite de oliva suave que preserva su jugosidad.
El resultado son 18-22 filetes carnosos de color rojizo, textura mantecosa y sabor umami persistente, ideales para pintxos, pizzas napolitanas o para realzar salsas y ensaladas César.