Gruesas mantas de grasa dorsal de cerdo pesado italiano se salan con cristales marinos de la Toscana y se aromatizan con ajo morado, romero, salvia, canela y granos de pimienta.
Las piezas reposan seis meses en las tradicionales pilas de mármol de Carrara de Colonnata, donde la porosidad de la piedra mantiene la humedad adecuada y transfiere un sutil matiz mineral.
El resultado es un lardo de textura sedosa que se funde a la menor temperatura, con notas herbáceas y especiadas; sublime sobre pan caliente, para envolver filetes o realzar verduras asadas.