Ribera del Duero Reserva engloba una selección curada de grandes vinos de guarda elaborados por bodegas prestigiosas y proyectos emergentes de la denominación. Proceden de viñedos de Tinto Fino con más de 30 años, plantados entre 750 y 950 m sobre suelos calcáreos, arcillo-arenosos y de canto rodado, lo que aporta identidad y concentración.

Cada vino fermenta con levaduras autóctonas y se cría un mínimo de 36 meses entre barrica de roble (francés o americano) y botella, alcanzando estructura firme, tanino sedoso y complejas capas de fruta negra, especias y mineralidad. Ideales para alta gastronomía y coleccionistas, expresan elegancia, longevidad y diversidad de estilos según la bodega, añada y terruño.