Cerezas italianas sin hueso se dejan macerar durante semanas en una grappa aromática del Piamonte, absorbiendo sus notas de uva moscatel y un suave toque amaderado.
Cada fruto se escurre y se recubre primero con un fino velo de azúcar cristalizado para fijar los jugos y, después, con una capa de chocolate negro 60 % de cacao que aporta un crujido intenso y equilibra la dulzura de la fruta.
El resultado es un bombón jugoso de carácter adulto: un bocado que estalla con licor y cacao, ideal como cierre de una comida, con espresso o como regalo gourmet.