Los auténticos babà napolitanos se elaboran con una esponjosa masa leudada lentamente, enriquecida con mantequilla y huevo.
Cada bolita se hornea hasta alcanzar un tono dorado y luego se sumerge en un almíbar caliente de azúcar y ron añejo, que impregna el bizcocho con su jugosidad característica.
El resultado es un postre ligero y aromático, con la miga llena de destellos dorados de licor y un delicado contrapunto cítrico que realza el sabor. Perfecto para acompañar un café espresso, coronar una copa de helado de vainilla o servir con nata montada bien fría.