Toscana agrupa tintos procedentes de zonas icónicas como Chianti Classico, Montalcino, Montepulciano y la franja costera de Bolgheri. Viñas de Sangiovese, en pureza o ensamblado con cabernet sauvignon, merlot o syrah, se cultivan entre 200 y 600 m sobre suelos de galestro y alberese, bajo fuertes contrastes térmicos.

Tras vendimia manual y selección en mesa, los mostos fermentan con levaduras autóctonas y maduran entre 12 y 36 meses en toneles de roble esloveno o barricas francesas, logrando taninos pulidos y gran complejidad. Fruta roja y negra, violetas, hierbas mediterráneas y notas balsámicas definen vinos vibrantes y longevos, perfectos para bistecca alla fiorentina, caza o pecorino curado.