Seleccionados en las rías gallegas durante la campaña de otoño, estos mejillones medianos (7-10 piezas) se limpian a mano y se fríen brevemente en aceite de oliva para sellar su jugosidad.
Tras el escaldado, se sumergen en un escabeche suave de vinagre de vino, laurel y pimentón, que potencia su color coral y aporta un matiz ahumado-acidulado muy equilibrado.
El envasado manual en la conservera José Peña garantiza que cada pieza llegue intacta y bien colocada, lista para acompañar vermuts, arroces marineros o tostas con crema de aguacate.